De todos es bien sabido la mala alimentación que los mexicanos, y el papel tan importante de la comida chatarra en la dieta. Uno de los problemas, además, de toda la publicidad que hay para consumir comida chatarra, es que no hay un acceso fácil a frutas y verduras. Es mucho más fácil conseguir una coca y un gansito en cualquier parte que estés del país a conseguir una manzana y un vaso de agua limpia. Pero ¿Por qué ocurre esto?
La respuesta tiene varias partes, pero una de las principales razones para que esto ocurra es el sistema de abasto de alimentos en México. La industria de los alimentos y en particular la industria de la comida chatarra tiene un excelente sistema de distribución. El sistema de distribución de frutas y verduras es de los sistemas de comercio más desorganizados e ineficientes que hay. Por ejemplo. Si yo soy dueño de una tiene de abarrotes en una colonia popular, inmediatamente después de abrir, llegan las refresqueras, las tiendas de botanas y de pastelitos y confitería y me dan los exhibidores, me dan mercancía a crédito, me dan publicidad, y cada semana o menos me van a surtir. Si yo quisiera vender también frutas y verduras tengo que irme a las 3:00 de la mañana a la central de abastos más cercana, comprar las cajas de frutas y verduras en muchos diferentes locales, y llegar a mi tienda a las 8:00 de la mañana a acomodar todo. Las frutas y las verduras son perecederas, así que si compro de más voy a perder dinero. De allí que no sea negocio para las tienditas tener una sección de frutas y verduras.
En los meses de cuarenta y cierre de mercados vimos como empezaron a surgir tiendas de fruta y verduras en las colonias y barrios. Está fue una buena señal, porque la mayoría de la población no vive cerca de un mercado. Con esto se logró mejorar un poco el acceso a estos alimentos básicos, pero aun queda muchísimo por hacer.
Una buena estrategia sería dar incentivos fiscales a las tienda de abarrotes que comercialicen verduras y frutas y además de dar créditos para equipo y capital de trabajo. Otra estrategia puede ser dar incentivos fiscales a comercializadoras de frutas y verduras que atiendan la distribución entre los grandes distribuidores y los comercializadores minoristas o a los acopiadores que tenga un enfoque de acopio diversificado y privilegien el acopio local.
