Hablábamos sobre las patentes en los cultivos, en particular sobre la patente de Algodón transgénico que es resistente al gusano bellotero. Ella dijo que las patentes eras necesarias para tener recursos para investigación, pues las empresas gastan mucho en investigación y que debían recuperar la inversión. Y agregó, como paaa en la industria farmacéutica. Yo dije: OK, but that isnt´s the whole story.
Efectivamente las patentes se inventaron para proteger la innovación, en un mundo caracterizado por el mercado mundial de bienes y servicios la innovación se vuelve indispensable para mantenerse competitivo. Y las novedades se deben proteger en contra de los vivales que sin esfuerzo podrían obtener beneficios económicos. Hasta allí el asunto de las patentes no solo está bien, sino que es una parte indispensable para mantener la equidad y la justicia en el sistema económico.
Pero el asunto de la innovación en las áreas que tiene que ver con necesidades humanas básicas tiene características diferentes, que deben ser analizadas. En concreto, las patentes en alimentos y salud anulan los derechos económicos a los que todo ser humano tiene derecho y que están escritos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El sistema alimentario mundial actual es un monstruo que es difícil de modelar y explicar. Pero sin duda el efecto de las patentes en las semillas transgénicas de dos de los principales cultivos mundiales, maíz y soya, ha contribuido a las recientes alzas en los alimentos a escala global, resultando en que menos familias pobres puedan acceder a comida a bajos precios. Un ejemplo, es el incremento en el costo de la tortilla en México en los años recientes. En estos mismos años las ganancias de la principal empresa de semillas patentadas a crecido sostenidamente, ya saben a quien me refiero.
En el caso de las medicinas el efecto de las patentes es más claro, que en el caso de los alimentos. Los medicamentos nuevos para enfermedades importantes como VIH y cáncer son carísimos, es imposible su adquisición para la mayoría de la gente en el mundo sin el subsidio de los gobiernos y de fundaciones. Las farmacéuticas mundiales, reclaman que ese es el costo de los medicamentos porque han invertido mucho en la investigación. Pero esta es una verdad a medias. Porque los números son siempre negros para ellas, o sea no solo están recuperando el costo de inversión sino que están acumulando altísimas ganancias. Hay varios trucos en el sistema. No toda la investigación es directamente pagada por las empresas, la mayoría de la investigación básica es hecha por centros públicos y muchas de la investigación aplicada se hace en centros públicos patrocinada por las farmacéuticas. O sea están usando recursos públicos para después crear un bien privado. Por último, patentan el producto y vuelven a ganar porque los gobiernos hacen compras masivas de sus nuevos medicamentos. Negocio redondo para las empresas.
En México tenemos un ejemplo de como la producción y la distribución de medicamentos a bajos precios es también muy lucrativa. Los medicamentos del Dr. Simi son baratos, al comparar los precios entre los medicamentos "de patente" y los del Dr. Simi en algunos casos la diferencia es abismal. Las empresas con las patentes se defienden y dicen, pues los da baratos porque no paga el costo de la investigación. Pero lo importante, está en el otro lado, en el hecho de que aún con esos precios escandalosamente bajos el Dr. Simi maneja un negocio millonario, y lo que no gasta en patentes lo gasta en crecer su empresa ahora con servicios de salud, consultas y análisis clínicos también escandalosamente bajos.
Las patentes en medicinas y alimentos significan lucrar con las necesidades humanas, con el hambre y la salud, bajo la cobija de la protección intelectual. Las patentes deben estar restringidas a áreas tecnológicas que no tengan que ver con vida y muerte. La investigación en estas áreas debería ser cubierta totalmente con fondos públicos y todos los nuevos descubrimientos aplicados de inmediato. Hay mucho que innovar y en muchas áreas: comunicaciones, coches, industria espacial, allí la industria debe sacar todos sus dientes para proteger su innovación, y no en las medicinas que pueden salvar a un niño que muere de cáncer en Chalco o en cualquier otro lugar pobre de la tierra.
http://www.cnnexpansion.com/expansion/articulo-de-portada/2008/11/26/la-callada-victoria-del-dr-simi
http://www.eldiario.es/sociedad/negocio-farmaceutico-transparente_0_122137969.html
http://books.google.com/books/about/El_negocio_del_VIH_SIDA.html?id=ZCE0I8JPABoC
